El Financial Times inició recientemente un debate sobre el perfil nutricional de los productos de Nestlé. Se ha argumentado que no podemos "tener las dos cosas": aspirar a provocar cambios notorios en materia de nutrición y a la vez tener productos indulg
Como la mayoría de los consumidores, debo admitir que cada día tengo las dos cosas. Mi familia es flexitariana: alimentación basada en una dieta vegetariana la mayor parte de la semana, pero permitiéndose de manera ocasional una hamburguesa con queso o un filete. Empiezo el día con un batido saludable o un jugo de verduras e intento limitar el azúcar, pero, como saben la mayoría de mis colegas, disfruto de nuestros productos de chocolate. Ese hábito me valió la etiqueta de "alemán larguirucho que come chocolate", acuñada irónicamente por el Financial Times en 2017. Creo que mantengo una alimentación equilibrada, pero -como muchos otros- me doy un gusto de vez en cuando.

El debate en los medios de comunicación ha suscitado muchas conversaciones -dentro y fuera del edificio de Nestlé- sobre lo qué es importante cuando se trata de una buena alimentación. Además de la nutrición, hay muchas otras dimensiones, y el disfrute es un aspecto clave.
Nestlé se toma en serio este debate. Creemos que hay espacio para los alimentos indulgentes cuando se consumen de forma responsable y como parte de una alimentación saludable, pero también nos esforzamos por mejorar continuamente. No nos alejamos de nuestro objetivo principal de trabajar arduamente para actualizar nuestros productos y ser totalmente transparentes sobre dónde estamos y hacia dónde vamos. Peter Brabeck y Paul Bulcke nos iniciaron en este viaje de autoexamen crítico como parte de nuestra estrategia de Nutrición, Salud y Bienestar; yo continúo con orgullo esa tradición.
Añadir más productos que sean saludables y nutritivos a nuestro portafolio sigue siendo una prioridad.
Uno de los objetivos principales de nuestro trabajo en las dos últimas décadas ha sido reducir el azúcar, la sal y la grasa de nuestros productos y ajustar el tamaño de las porciones. De hecho, sólo en los últimos siete años, hemos reducido el azúcar y la sal en muchos de nuestros productos indulgentes en un 14-15%. Este cambio ha mejorado el perfil nutricional de estas golosinas para millones de familias. Como parte de esta estrategia, analizamos cómo apoyar una alimentación equilibrada, mientras seguimos mejorando nuestros productos. Haremos evolucionar nuestras herramientas y directrices para asegurarnos de que incorporamos los conceptos más avanzados de la ciencia nutricional y la salud pública.
El mismo impacto a gran escala se muestra en el firme trabajo de Nestlé en el enriquecimiento de micronutrientes, que a menudo se pasa por alto en la puntuación de la nutrición. Sin embargo, en muchas partes del mundo, la gente sufre inseguridad alimentaria y el COVID-19 ha empeorado la situación. El año pasado, por ejemplo, elaboramos 196.000 millones de porciones de alimentos enriquecidos y fortificados en todo el mundo: la escala es casi difícil de imaginar. Y en África Occidental, los cubos de caldo Maggi fortificados están aportando hierro y marcando una verdadera diferencia. El enriquecimiento con hierro ayuda a combatir el riesgo de que las mujeres mueran en el parto y las deficiencias en el desarrollo físico y mental de los niños, sin que las familias tengan siquiera que pensar en ello.

